17.6.08

Mi viaje a Venezuela, por Tati (IV y final)

Para resumir, quisiera mencionar algunas apostillas que quedaron en mi libreta de apuntes:

1) Descubrí la nacionalidad de la “Mulatona”, esa mujer de labios carnosos, de pechos exuberantes y cola prominente, de la cual está enamorado Clemente, el personaje de Caloi en Diario Clarín: ¡es venezolana!!! Si señor, la típica mujer venezolana responde a esas características. De tez morena, cabello negro y lacio, no precisamente bulímicas ni anoréxicas, sino muy rellenas, que lucen sus pechos con mas que generosos escotes (en todo lugar y momento) con total naturalidad, y visten apretados atuendos que ponen de relieve sus curvas y contracurvas..

2) La viveza criolla no es patrimonio de los argentinos. Allí la practican permanentemente. Hay que estar muy atentos en el trato con la gente en la calle porque cuando menos te lo imaginás…te abrochan!! A nosotros nos engancharon ni bien llegamos a Caracas con el tema de gestionarnos el pago de la tasa de embarque, que había que pagarla en Bolívares Fuertes y casi la mayoría teníamos dólares. Nos cambió a 5 céntimos sobre el cambio oficial, que es de 2,15, siendo que días después se conseguía normalmente a 3 y 3,10

3) El primer desayuno que tomamos en el hotel (que no estaba incluido en la tarifa) fue el denominado “desayuno continental” –tres tostadas, manteca y mermelada, mas café con leche, te, etc. Al momento de pagar lo cobran por separado. Le llaman desayuno continental a la colación y la bebida se cobra aparte. Cada uno pagó en pesos argentinos $ 25 por desayunar…Fue debut y despedida, a partir de ese día, hasta los alemanes desayunaban en sus habitaciones

4) Los taxis y los colectivos no están regulados. Quien quiere se compra un minibús, por ejemplo, y lo trabaja como colectivo. Arma su propio recorrido, lo detalla en la parte exterior de las ventanillas pintado desprolijamente en agua y tiza, y con un pibe de acompañante que oficia de cobrador, sale a levantar pasajeros que lo toman a mitad de cuadra y pagan rigurosamente su Bolívar Fuerte, al descender.

5) Nos costó trabajo acostumbrarnos a las comidas de allá. Comen muy poco pan o lo reemplazan por lo ellos llaman arepas, unas especies de tortitas hechas con harina de maíz blanco. Comen muchos fideos, tallarines o mostacholes, preparados de las formas más variadas, por ejemplo en ensaladas. La carne no la usan. Pescados preparados de distintas maneras. El vino ni lo conocen. Toman mucho te helado saborizado (Nestea) , que al final me terminó gustando. Cerveza Light y agua mineral. Pedir un “cortado” es pedir un “marrón”. El jugo de frutas licuado es muy rico, pedir “zumo natural”, frutas algunas poco frecuentes en Argentina, como el mango, papayas, piñas, etc. En la playa ofrecen empanadas, fritas y muy distintas al gusto argentino.

6) La última noche nos ofrecieron UN ASADO!!!. Se encargó de hacerlo un compañero de nuestro grupo, que se tomó el trabajo de ir a la carnicería para que lo cortaran “al’ uso nostro”. Salió muy rico. Primero vino el chorizo (choripan sin pan) con una arepa incomible, luego el asado con ensalada y para beber….jugo artificial de fruta. De vino ni hablar!!!

Finalmente, retornamos sanos y salvos a nuestra querida Argentina.

La noche del día que llegué a casa, la invité a Elvira, mi mujer a comer asado a una parrilla, como una idea original y en un acto de desagravio a nuestras más caras tradiciones gastronómicas.

De original no tuvo nada, porque nos encontramos con casi todo el coro morfando chinchulines y mollejas, asado de tira y matambre a la pizza todo regado con un fino totín de aquellos…

16.6.08

Mi viaje a Venezuela, por Tati (III)

Margarita es una hermosa isla, que constituye el único estado insular del país.

Con su superficie, conjuntamente con la Isla de Coche, componen el Estado de Nueva Esparta, con una población de más de un millón de personas.

En la antigüedad fue una isla colonizada por los españoles y sus costas protegidas por infinidad de fortalezas con cañones apuntando al mar, para defenderse de la piratería.

Posee una serie de municipios o alcaidías, que constituyen las poblaciones del Estado Nuevaespartano. En su mayoría con poblaciones pesqueras, de casas bajas de estilo colonial y de gente humilde, pero sin llegar a la pobreza extrema.

Se encuentran edificios e iglesias muy antiguos, lo que nos aproxima a los años coloniales.

Nuestra permanencia en la Isla fue de dos semanas.

La primera la dedicamos a hacer playa o piscina por la mañana, ensayos por la tarde y actuaciones por la noche. También tuvimos días dedicados a la participación en talleres musicales variados.

La segunda semana fue totalmente turística.

Podría decir que la participación en nuestras actuaciones fue muy bien recibida por el público. Éramos el coro de mayor edad (teniendo en cuenta que había en su mayoría juveniles e infantojuveniles) con un repertorio que les agradó mucho.

Tenemos una versión de la Canción Aurora arreglada para cuatro voces, con gran - final – gran, desplegando bandera argentina y otra del tango Volver de Gardel y Lepera, donde terminó cantando todo el público junto a nosotros, hechos éstos que nos permitió ganarnos la simpatía de la gente. Además habíamos preparado un tema llamado precisamente “Venezuela” en ritmo de vals que es una canción muy cara a los sentimientos del pueblo venezolano (y según nos comentaron es la canción predilecta del Gran Hugo) que nos aplaudieron de pie.

Ya que nombré al presidente venezolano, me anticipo a comentar que por lo que pudimos apreciar, en general, no cuenta con el apoyo de la gente. Sin que nosotros tomáramos la iniciativa, se largaban con diatribas y críticas en su contra. En número diría en una proporción de ocho sobre diez.

Hay mucho disgusto por el desabastecimiento que sufren.

La leche es un artículo de lujo.

Desaparece de las góndolas en las primeras horas de la mañana.

A veces faltan pollos, otro día otro comestible y así siempre.

Un día por semana, creo que el domingo, Cháves tiene un programa televisivo y radial que comienza a eso de las 11 y sigue sin parar hasta las 5 o 6 de la tarde...

14.6.08

Mi viaje a Venezuela, por Tati (II)

Y llegó el gran día.

El 27 de abril, llegamos a Ezeiza con una anticipación de cinco horas…no fuera cosa que nos quedáramos a pie.

Paso rápidamente por todas las anécdotas propias de una mayoría de gente que volaba por vez primera, que iban de la emoción de ser internacionales al cagazo mayúsculo.

Tomamos tres aviones en nuestro recorrido: Buenos Aires – Lima; Lima – Caracas y Caracas – Porlamar (Isla de Margarita).

Destaco como lo más impresionante, la segunda etapa, donde sobrevolamos gran parte del recorrido del Río Amazonas, y debo reconocer que jamás creí que tuviera semejante extensión. Es una gran serpiente marrón de grueso volumen, que va y viene retorciéndose entre un verdor oscuro, que no es otra cosa que el Matto Grosso. Simplemente eso, valió el largo viaje de todo un día.

Venezuela nos recibió con una temperatura, a la que íbamos a acostumbrarnos durante toda nuestra permanencia. Prácticamente no varía durante todo el día. Es cálida sin ser molesta. Yo diría que agradable.

A Margarita llegamos pasadas las 22,30 de hora local, o sea las 24 de Argentina. O sea que desde nuestra salida de Junín, ya llevábamos más de 25 horas.

Llegar al hotel fue maravilloso.

Descargar los equipajes, quitarnos el calzado (sacarse la medias fue casi un acto quirúrgico) y relajarnos bajo la ducha, una bendición.

A la mañana siguiente, nos encontramos con el coro alemán Junges Vokalensemble Hannover (que para los que dominamos la lengua teutona no quiere decir otra cosa que Ensamble Vocal Juvenil de Hannover).

Coincidimos en un cititour, que nos organizaron por toda la Isla, y en algunos momentos que pudimos departir, comprobamos que nos duplicaban en cantidad de integrantes, nos restaban considerablemente en el promedio de edad y nos humillaban cantando…

Mas adelante nos enteramos que ni bien llegaron al hotel se interesaron por saber donde contarían con un salón para ensayar, en tanto nosotros presurosamente nos preocupamos por averiguar cuales eran las playas mas bonitas y a cuanto estaba la cotización del dólar...

Mi viaje a Venezuela, por Tati (I)


A fines del mes de abril, tuve oportunidad de viajar a la República Bolivariana de Venezuela, tal como se la denomina actualmente, mas precisamente a la Isla de Margarita.

El motivo del viaje, era participar junto al Grupo Coral Vocal con Sonante de la ciudad de Junín, en el XII Festival Internacional de coros “Julio Villarroel”.

Este certamen se realiza cada dos años y reúne una importante cantidad de coros locales y de países visitantes.

Desde su fundación, hace mas de diez años, participo del coro mencionado; lugar que me permite despuntar mi afición por la música y de paso tener un lugar de encuentro con amigos con idénticos berretines.

Debo decir que el perfil de nuestro grupo es de adultos y adultos mayores, con la inclusión en menor medida de gente joven, que nos permite bajar el promedio de edad y llegar a las notas más agudas (en el caso de sopranos y tenores).

Es conveniente apuntar, que los viajes para participar de conciertos y encuentros corales, es un incentivo más para pertenecer a un grupo como el nuestro.

Veníamos de un largo recorrido, con actuaciones regionales y provinciales, siempre de cabotaje digamos. De manera que el proyecto de salir del país, era una verdadera aventura. De todo tipo.

Musicalmente hablando, nos íbamos a tener que codear con coros de gran relevancia, algunos profesionales.

Y desde el punto de vista económico, significaba tener que comenzar a poner pesito sobre pesito para juntar los dólares necesarios para encarar el desafío.

A esta altura corresponde apuntar, que no tenemos recursos oficiales ni privados que nos permitan desarrollar nuestra afición por el canto coral. Todo lo hacemos nosotros a fuerza de lágrimas, sudor y sangre.

En el grupo hay jubilados que cobran la mínima, empleados a los que no les sobra nada y una minoría que le alcanza con holgura o que zafa...

Organizarnos nos llevó un poco menos de un año.

En ese tiempo inventamos rifas, tallarinadas, bingos, festivales y tiramos la manga a medio mundo para acopiar todos los pesos que pudiéramos.

Desaprensivamente, muchos fueron dejando para el final la gestión de sus respectivos pasaportes.

Por si alguien no sabe lo complicado que es obtener dicho documento en nuestro país, especialmente cuando lo necesita con fecha fija, me permito recomendarle que si en su futuro existe la remota posibilidad de salir a países no vecinos, trate de tener siempre su pasaporte al día…y, mejor aún, que tenga su DNI en condiciones, porque renovar el documento único, es peor que el pasaporte y puede tardar hasta años en salir, y sin DNI no se tramita el pasaporte.

Tuvimos compañeros que recibieron su pasaporte casi al pie del avión.

10.6.08

Mar del Plata, marzo 1977

De vacaciones en la mítica playa Luna Roja de Mar del Plata. De izquierda a derecha: adelante Bettina, Carina y Valeria; atrás Cone y Nano. Y adelante de todo, el ¿castillo? ¿domo olímpico?

8.6.08

Rama rockera

Sabido es que algunos integrantes de la familia acostumbran reunirse en lugares non sanctos, donde ingieren extraños brebajes hasta entrada la madrugada. Tincho y Cone supieron ser parte de una banda de reggae juninense-porteña, que no sabemos si continúa pero supo hacer el tour bolicheril y hasta editar un disco. Esta foto pertenece a uno de esos recitales, acaecido en un tugurio de un primer piso de la avenida San Juan, creo que en el invierno de 2003. Nano estaba viviendo en un caserón-sala de ensayo y la banda que allí zapaba organizó una fecha conjunta con el crédito de Junín. Nano no podía estar ausente y aquí se lo ve departiendo con los músicos en los sillones del VIP.